sábado, 26 de septiembre de 2015

La paz desde espacios y tiempos cotidianos

"La paz depende de nosotros y de nuestras actitudes con respecto a nosotros mismos, a las personas de alrededor y al medio ambiente en el que vivimos. Como diría Viçent Martínez Guzmán: "Finalmente pensamos que saber hacer las paces, no es sólo para héroes o santos, sino para gente como nosotros, con nuestras grandezas y nuestras miserias, con nuestro egoísmo y nuestra capacidad solidaria. De ahí la necesidad de debates públicos, movimientos sociales y formas de conducirnos, maneras de gobernarnos, por encima y por debajo de los Estados-nación" (Martínez Guzmán 2001: 115-116)". Francisco Jiménez Bautista


"Las culturas de paz no pueden ser un consenso hecho a priori por y para la gente, partiendo de mediaciones sociales impuestas, consentidas o compradas, ni tampoco pueden basarse en la toma del poder, ni en el empoderamiento, ni en la constitución de un contrapoder; todas estas posiciones y estrategias que definen la Cultura hegemónica de la Paz, colonizan la vida cotidiana, conduciéndonos y provocando el que nos dejemos conducir (Foucault, 1988) hacia una sociedad de la no convivencialidad (Illich, 2012).

Las culturas de paz son una construcción colectiva hecha con y desde la gente (Encina et al., 2011), desde el disenso y a partir de las mediaciones sociales deseadas (Encina et al., 2009), son una dejación de poder hacia abajo; un desempoderamiento (Encina y Avila, 2014).

Para construir con y desde la gente las culturas de paz es necesario trabajar 8 pilares: cuidados, libertad, construcción colectiva, confianza, interdependencia y autonomía, alegría, decrecimiento y esperanza. Estos pilares tienen que guardar un equilibrio a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias que hay que equilibrar...". Javier Encina

Satyagraha: "Se trata de un neologismo, creado por Gandhi, para calificar la estrategia activa y constructiva de la lucha noviolenta a la que dedicó muchísimos años de su vida en desarrollarla y perfeccionarla. Con este nuevo concepto se oponía a que se entendiera la noviolencia como una simple forma de resistencia pasiva, tal como gustaba a los británicos designar a lo que hacían los gandhianos. Para distinguir satyagraha de otras formas noviolentas, Gandhi hablaba de tres tipos de noviolencia en su relación con la acción (Pontara, 1996). La noviolencia del cobarde que viene a ser la pasividad, el miedo vencible o la huida ante la violencia, renunciando a luchar contra el servilismo y la abyección. La noviolencia del débil que era la de aquellos que recurrían a métodos de lucha no armada, no sobre la base de ciertas convicciones éticas que excluyeran las forma de lucha violenta, armada y cruenta, sino más bien porque, por las circunstancias que fuesen, no contaban con los medios o los recursos requeridos para llevar a cabo una lucha de tal naturaleza; asimismo, por tal concepto se entendían todo un conjunto de métodos e instrumentos de lucha no armada que podrían ser escogidos por cualquier individuo o grupo en virtud de cualquier fin. Finalmente, la noviolencia del fuerte o satyagraha es, en cambio, toda una filosofía de transformación y de manejo de los conflictos que se fundamenta en valores y argumentos ético-políticos que irían más allá del simple rechazo de la violencia armada". Mario López

HACIA UNA ANTROPOLOGÍA 'PARA' LA PAZ. Francisco Jiménez Bautista 

POR UNAS CULTURAS DE LA PAZ TRABAJADAS CON Y DESDE LA GENTE. Javier Encina 

SATYAGRAHA EN GANDHI. Mario López 



ESPACIOS Y TIEMPOS COTIDIANOS from unilco on Vimeo.

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